viernes, 20 de diciembre de 2013

FAUNA BENEFICIOSA PARA EL HUERTO

Se puede decir que toda la fauna que nos rodea es beneficiosa o al menos no es perjudicial, siempre que se mantenga un equilibrio natural, puesto  que si tenemos el adecuado número de presas y predadores apenas nos daremos cuenta de su presencia y los daños que producen los consumidores de plantas serán inapreciables, algunas hojas mordisqueadas por unas pocas orugas, algún fruto picoteado por pájaros o algunas plantas afectadas por pulgón. Pero en ocasiones el equilibrio se rompe y sobre todo allá donde pone la mano el hombre.
Es muy común y frecuente que fumiguemos nuestras plantaciones, aunque no sea necesario, con ello conseguimos eliminar las especies no deseadas, pero eliminamos también las que nos benefician considerablemente. Cuando los efectos de los productos químicos pasan, las especies no deseadas vuelven a reproducirse, mientras que las especies beneficiosas tardan más en restablecer el equilibrio de su población, por supuesto si las dejamos, ya que en ocasiones un tratamiento químico tras otro se suceden, llegando a diezmar estas poblaciones.

Quizás la fauna mejor conocida y que más aceptación tiene son las aves insectívoras, aunque otras que no están clasificadas como insectívoras también consumen gran cantidad de insectos durante la época de cría e incluso el gorrión común considerado como granívoro, ceba a sus crías con insectos.



 Pájaros insectívoros como mosquiteros, zarceros y otros cumplen una excelente función ecológica en los huertos. También entre los paridos, pájaros que no tienen una dieta tan exclusivamente insectívora, pues en ocasiones consumen frutos y semillas son capaces de consumir grandes cantidades de insectos, a veces se les puede ver picoteando las puntas de los tallos que están saturados de pulgón, en la foto un carbonero común, pero su pariente cercano el herrerillo cumple la misma función.



Entre las especies de sangre fría encontramos grandes aliados para mantener a raya a las plagas, me refiero a reptiles como culebras, lagartijas y hasta víboras. También los  anfibios contribuyen a restablecer el orden ecológico.



Entre los reptiles, la culebra de escalera (Rhinechis scalaris) es la más frecuente en los inmediaciones de mí huerto. Se trata de una culebra que puede superar el metro y medio de longitud, este ejemplar posiblemente no llegará al metro. Es  muy agresiva y en una ocasión recibí  un ligero mordisco en la palma de la mano cuando intentaba evitar que entrara por la puerta de casa. Es un predador muy eficaz contra los ratones, ratas y topillos, que sobre todo en invierno se comen las raíces de las hortalizas. También era frecuente la culebra bastarda, pero en los últimos años no he visto ninguna, bueno, sí que he visto alguna atropellada en la carretera o con la cabeza aplastada por algún inculto.



También los sapos consumen importantes cantidades de insectos, sobre todo ejemplares de gran tamaño  como el de la foto. Son de hábitos nocturnos y crepusculares aunque con tiempo lluvioso se les puede ver a cualquier hora del día.



Aunque las ranas no transitan por el huerto, salvo en raras ocasiones, si que ocupan su entorno, así pues es fácil encontrarlas, y a veces en grandes cantidades en baldas de riego o acequias, siempre acechantes para poder capturar algún insecto.



El grupo zoológico que más daños causa a la agricultura es sin duda el de los insectos, aunque no todos, pues entre ellos existen una gran variedad de especies que combaten eficazmente a aquellos que forman plagas. Son especies muy voraces, tales como la mantis, libélulas o las aparentemente inofensivas mariquitas y que aunque parece que uno de estos ejemplares tan sólo puede consumir una pequeña cantidad de insectos, hay que entender que el número de ellos es muy elevado, sobre todo si no alteramos su ecosistema.



La  Mantis religiosa es uno de los insectos depredadores más voraz, con sus patas delanteras en forma de garras atrapa a sus presas, una de las más habituales los saltamontes. Es famosa por que la hembra tras cópula suele devorar al macho.



Las libélulas son también eficaces cazadores que cazan a sus presas en pleno vuelo. Sus larvas que se desarrollan en el agua también son implacables predadoras. El ejemplar de la foto creo que es un Sympetrum vulgatun, si no es así me gustaría que alguien me lo confirmara.



Otro predador que atrapa sus presas al vuelo es la mosca asesina, sus presas favoritas suelen ser insectos de su mismo orden, osea dípteros en esta ocasión parece que ha capturado una mosca de la fruta. Me sucede lo mismo que con la libélula y aunque me considero un buen naturalista, no soy ningún experto en entomología pero creo que este ejemplar es un Lapharia marginata.





También las tijeretas incluyen  a otros insectos en su dieta.





La mariquita (Coccinella septempuncta) tiene un aspecto más tierno que las especies anteriormente descritas, pero no por ello es menos eficaz, pues tanto la fase adulta como sus larvas son insaciables consumidores de áfidos.


 Otra mariquita, menos conocida que la anterior es las de veintidós puntos, de tamaño muy pequeño y color amarillo, que a diferencia de los insectos anteriores su dieta no está basada en ningún tipo de insecto, por ello no deja de ser un importante aliado, pues se alimenta de hongos, muchos de los cuales atacan a las plantas cultivadas.





Al igual que las mariquitas las crisopas son devoradoras de pulgones, tanto el adulto como la larva.




Además de los insectos existentes otros artrópodos que con sus telas atrapan un gran  número de insectos, son los arácnidos. En la imagen una araña avispa (Argiope bruennichii) que construye sus amplias telas en matas altas alrededor del huerto y en ocasiones entre las tomateras o matas de judías enramadas. Tiene la característica de reforzar su gran tela con un grueso hilo de seda en forma de zigzag. Debido a su aspecto hay quien la considera venenosa e incluso se le acusa injustamente de algunas inflamaciones en las manos posiblemente causadas por algún tipo de mosca o mosquito, yo la considero totalmente inofensiva además de muy bella.






La lombriz de tierra se alimenta de restos vegetales en descomposición, es muy beneficiosa para nuestro huerto, pues es la encargada de transformar gran parte de la materia orgánica que hay en la tierra. Después de haber pasado por su sistema digestivo en inorgánica, poniendo de nuevo toda esta materia a disposición de las plantas.






También los gatos domésticos dan caza a multitud de roedores. En la foto una gata asilvestrada con gran instinto cazador, que junto a otros gatos merodea por mi huerto, muy valorados por mí y por los propietarios de naves agrícolas de los alrededores, les aportamos regularmente comida.











martes, 10 de diciembre de 2013

GRANDES MARIPOSA NOCTURNAS

Si nos sentamos en una noche tranquila junto a una farola en primavera, verano o principios de  otoño, lejos de las grandes ciudades, o sea en  cualquiera de nuestros pueblos que están rodeados de naturaleza. No tardaremos en ver como la farola se llena de infinidad de insectos que se sienten atraídos por su luz, revoloteando a su alrededor, entre ellos se encuentran las mariposas nocturnas, lepidópteros que encuentran en la oscura  noche las condiciones medio ambientales y la protección que necesitan. La gran mayoría de ellas son pequeñas mariposas, pero hay otras que llaman mi atención por tener un tamaño impresionante pudiéndose incluso confundir en la oscuridad de la noche con pequeños pájaros.
Aunque hay varias especies de ellas, voy a dedicar este tema a  cuatro de ellas, la esfinge de calavera, la esfinge de la correhuela y el gran pavón nocturno que han causado en mí una gran admiración desde que tengo uso de razón, sobre todo cuando salía de mi casa en las frescas mañanas y las encontraba en la calle de tierra, pegadas a las paredes de piedra. Cada vez que me topaba con un ser de estos, me preguntaba: "¿de dónde salen tan extrañas mariposas?" Poco a poco, observándolas y documentándome he obtenido las respuestas que tanto deseaba conocer cuando contaba con muy pocos años de edad. Además he tenido la gran suerte de  aumentar mi pequeña lista de grandes mariposas nocturnas que habitan las inmediaciones de la casa en la que yo nací, pues en el año 2007 encontré un ejemplar de  isabelina.


La esfinge de calavera (Acherontia atropos) pertenece a la familia esphingidae. Al parecer su oruga puede alimentarse de varias plantas, siente cierta predilección por las solanáceas, y tengo razones para pensar que las que yo he observado se han alimentado principalmente de la planta de la patata.
La oruga cuando llega el momento de convertirse en  crisálida, se introduce  en la tierra, donde cambia de estado, permaneciendo enterrada hasta que llega el momento de convertirse en mariposa.

A lo largo del año, o al menos en los lugares que yo la he observado, se producen dos generaciones, pudiendo verse volar la primera  en Mayo y Junio, y la segunda generación a finales de verano o principios de otoño, las fotos que muestro fueron tomadas a principios del mes de Octubre.



La esfinge calavera, debe su nombre al dibujo en forma de calavera que presenta en el tórax, sus colores son oscuros y poco llamativos.



Si bien su cuerpo esta totalmente cubierto de pelos, es en la parte inferior donde se hace más notable.



Cuando se le molesta emite un ruido muy característico e intimidante que recuerda al zumbido de las abejas. Luego agita fuertemente las alas hasta que consigue levantar el vuelo costosamente, una vez en el aire, su vuelo es potente.




La esfinge de la correhuela (Agrius convolvuli) aunque en las guías de hace no muchos años aparece como (Herse convolvuli), también pertenece a la familia de las esphingidae, es muy parecida en cuanto a tamaño y forma a la anteriormente descrita, su abdomen es muy voluminoso resultando un tanto desproporcionado respecto a sus alas.
Su oruga se alimenta de convolvuláceas siendo la más común la correhuela, también pasa su fase de crisálida en la tierra.

Se dice que la mariposa de esta especie se la puede ver volar durante finales de primavera, verano y principios de otoño, la mayoría de la veces que yo la he visto ha sido a finales de verano y principios de otoño, no obstante  supongo que eso dependerá de la latitud en que nos encontremos, curiosamente las fotos de ejemplar adulto fueron tomadas el mismo día que tome las de la esfinge calavera, o sea en Octubre.


Mientras realizaba tareas de cavado en el huerto encontré esta crisálida de mariposa, que posiblemente  sea de la esfinge de la correhuela.



En la foto se aprecia el gran volumen de su cuerpo respecto a sus alas, que son sumamente  miméticas, pues si no fuera por las franjas rosa de su abdomen resultaría muy difícil verla.



El gran pavón nocturno (Saturnia pyri), de distinta familia a las anteriormente descritas pues esta pertenece a la familia de las saturniidae.
 Se trata de una gran mariposa, que aunque su cuerpo no es tan voluminoso como el de las anteriores, su envergadura alar alcanza fácilmente los 15 cm, convirtiéndola en la mariposa más grande de la Península Ibérica. No sólo llama la atención su gran tamaño, sino que también causa una gran impresión los ocelos dibujados en sus alas, que simulan los ojos de un búho, y que al parecer le ofrece cierta protección ante el ataque de sus predadores, sobre todo cuando esta posada con las alas plegadas y repentinamente la abre y cierra, simulando un parpadeo.
Además de los simulados ojos, cuenta con otra gran protección contra los predadores, y es su gran tamaño. Moviéndose en la noche y las horas crepusculares, los predadores más habituales suelen ser murciélagos, a los cuales, en la mayoría de los caso casi les supera en tamaño, por lo tanto esta descartada como menú de murciélago, y aunque hay aves nocturnas mayores que los murciélagos, como puede ser el chotacabras, no son capaces de  atraparlas y tragarlas en pleno vuelo, así que sus predadores nocturnos se reducen a pequeñas aves rapaces consumidoras de insectos.
Su oruga por supuesto de gran tamaño, se alimenta de hojas de frutales, almendros y chopos, entre otros, cuando llega el momento de convertirse en crisálida, forma un capullo. Estado en el que permanece hasta que llega el momento de convertirse en adulto.  


El gran pavón nocturno se convierte en mariposa a finales de primavera, aproximadamente a finales de Mayo y principios de Junio.




Por último  mencionar a otra mariposa de la familia de las saturniidae, la cual han descrito en algunas obras naturalistas como la más bella de Europa, a mí también me lo parece, se trata de la isabelina (Graellsia isabellae aunque ahora se le denomina con el nombre de Actias isabellae) y que he tenido el placer de observar muy de cerca y confirmar su extraordinaria belleza. Descubierta en 1849, se trata de un lepidóptero escaso y poco común, que se le  ha distribuido durante mucho tiempo  en algunas zonas del Pirineo, Montes Universales, sierras de Gúdar, Javalambre, Guadarrama, Segura, y Cazorla.
En estos momentos, por lo que me he documentado, parece ser más amplia su distribución de la que años atrás se le daba a esta especie y en algunos mapas he visto que en la provincia de Teruel, lugar donde he realizado mis observaciones, ya no está restringida su área a los Montes Universales, sino que en estos mapas aparecen pequeñas salpicaduras repartidas por algunas de las sierras del Sistema Ibérico turolense llegando incluso a las sierras castellonenses limítrofes con Teruel.
La mañana del  20 de mayo del 2007, en la Sierra de Oriche (Sistema Ibérico Turolense) encontré el ejemplar que muestro en la fotografía, a tres metros del portal de mi casa, concretamente en el municipio de Monforte de Moyuela. En esos instantes me pareció un hecho sorprendente pero casual, posiblemente esta mariposa había llegado allí accidentalmente, pero en mayo del año 2010 se repitieron los hechos, apareciendo justo en el mismo lugar y aproximadamente a la misma hora (primeras horas del día) otra Actias isabellae, por lo tanto me gustaría aportar estos datos por si no se tiene conocimiento de esta distribución.
Su oruga se alimenta de las aciculas de algunos pinos y tan solo aparece, a lo largo del año una generación.



Este ejemplar de Graellsia isabelae apareció dentro del casco urbano de Monforte de Moyuela, aunque en los alrededores del lugar donde la encontré hay unos pocos pinos (no más de diez) plantados como árboles ornamentales, dudo que su oruga se hubiera alimentado en ellos y lo más probable es que procediera del pinar  más cercano (a 2 ó 3 kilómetros) de pino laricio (Pinus nigra), pues es uno de los pino por el cual  sus orugas sienten predilección.

viernes, 29 de noviembre de 2013

PLANTAS ADVENTICIAS

Difícil decisión la de poner título al tema a tratar, se podía haber titulado, malas hierbas o plantas invasoras.
Lo de malas hierbas porque durante muchos años se les ha considerado a  muchas plantas, “malas”, no siendo todas ellas tan malas, de hecho a casi todas ellas se le ha dado algún uso e incluso suelen estar presentes en las herboristerías, para mitigar alguna dolencia.
Otro término que considero mal usado es el de “hierbas” puesto que no todas las plantas que invaden nuestros cultivos son hierbas, en ocasiones son árboles o arbustos.
Para mí, en realidad todas son plantas invasoras, aunque este término, tampoco es correcto, ya que plantas invasoras se les considera a las plantas llegadas desde otras partes del planeta, generalmente como ornamentales y que adaptándose a nuestro territorio se han reproducido desmesuradamente.
No obstante las llamemos como las llamemos, existen una infinidad de plantas que conviven con nuestros cultivos compitiendo con ellos en agua, nutrientes y luz, sin olvidar que cuando estas plantas se desarrollan fuera de los  cultivos son muy beneficiosas. Así pues, si dejamos una parcela sin cultivar durante algún tiempo y esta se cubre de hierbas conseguiremos que esta cubierta proteja a la tierra de la erosión. Algunas de estas plantas fijarán el nitrógeno, otras con sus largas raíces extraerán los nutrientes de   profundas capas, a las cuales no llegan las raíces de las hortalizas que cultivamos y  que luego al descomponerse y mineralizarse enriquecen las capas superficiales.


Los árboles

 Si alrededor o en los lindes de nuestro huerto tenemos árboles tales como álamos, chopos, olmos o los invasores ailantos, corremos el riesgo de que sus raíces invadan el  subsuelo de nuestro huerto. Ante tal amenaza el remedio más eficaz es que si tenemos la oportunidad de que algún vecino o amigo que tenga un tractor labre el huerto con una labor profunda cada dos o tres años para mantenerlos a raya, de lo contrario, si lo hacemos con una moto azada o con herramienta manual, estaremos condenados a darles labores con mayor  frecuencia.



Este huerto  hace que se abandono poco más de un año, y tras una primavera lluviosa ha sido inmediatamente invadido por los ailantos, al fondo las zarzas van ganando terreno.




Los olmos invaden también las zonas de cultivos.





Tras la enfermedad que los olmos han sufrido durante los últimos  años, la grafiosis, los grandes ejemplares han muerto, resurgiendo de sus raíces infinidad de pequeños olmos que formas impenetrables superficies en un amplio perímetro del viejo tronco, invadiendo los cultivos próximos.



También los árboles frutales pueden convertirse en auténticas plagas, como ocurre con los ciruelos y almendros que  son capaces de extender raíces superficiales de las cuales resurgen nuevos ejemplares, sobre todo cuando estos árboles son cortados y no se extraen sus raíces y que  pueden extenderse por amplias zonas.



Como vemos  estos pequeños almendros surgen de las raíces del árbol que se ve al fondo de la imagen.


Las raíces de los ciruelos son capaces hasta de traspasar los viejos  muros  de piedra de los huertos vecinos para convertirse en inquilinos de nuestro huerto.


Los arbustos
Existen una grupo de planta que también colonizan nuestro espacio y que tienen un porte superior al de las hierbas, son los arbustos muchos de ellos sumamente invasivos, como pueden ser  las zarzas o hiedras.



Las zarzas (Rubus) puede ser que sean los arbustos más invasivos, ocupan lindes, márgenes de acequias y paredes que dividen los huertos. Son muy difíciles de erradicar totalmente sin herbicidas y van ganando terreno poco a poco si no se les mantiene a raya.



El rosal silvestre o escaramujo, como las zarzas también pertenece a la familia de las rosaceae, aunque es menos invasiva.




Los muros de piedra de los huertos pueden ser invadidos por la hiedra (Hedera helix), que en ocasiones puede formar setos ayudándonos a cerrar nuestro huerto, pero no tardará en crecer desmesuradamente, ocupando demasiado espacio e impidiéndonos el tránsito. Sus tallos leñosos llegan a tener grandes dimensiones, siendo necesario el uso de motosierras para erradicarlas.



Otra planta con porte de arbusto es la clemátide, capaz de trepar por los árboles e invadirá paredes,  aunque menos agresiva que las anteriores, puede darnos problemas, allá donde crezca, si descuidamos el huerto durante algún tiempo.



Las hierbas
Son  plantas de bajo porte y que sería imposible enumerarlas todas, puesto que cualquier planta que crezca donde no debe se puede considerar perjudicial. Por lo tanto describiré las más comunes en mi entorno y las que mejor conozco.




 
De la familia de las ambrosianáceas el Xanthium spinosum, que se le da los distintos nombre, según las distintas regiones  de abreojo, cardo de tres puntas,  etc… es uno de los cardos más comunes en los cultivos, aunque no es excesivamente perjudicial (siempre que no lo dejemos que se expanda excesivamente). Sus semillas, con garfios, se adhieren al la ropa, al  pelo de animales y lana de ovejas, esparciéndolo posteriormente  por la tierra y sobre todo por el estiércol con el que fertilizamos el huerto.



Las correhuelas son difíciles de erradicar, pues si no se dan labores profundas al suelo, no se acaba con sus raíces, y entre el manto de tierra laboreada crecerán sus tallos subterráneos, que suelen resurgir si las condiciones climatológicas son propicias al poco tiempo de haber labrado el huerto.





Las correhuelas de la familia de las convolvuláceas son fáciles de identificar por su flor en forma de campanilla.



Las lechugas bordes, de la familia de las compuestas y de género Lactuca, suelen estar presentes en todos huertos.



También las cerrajas o cerrajones son compuesta, del género Sonchus, muy comunes.



La mielga (Medicago sativa) es una leguminosa muy cercana a la cultivada alfalfa, y se caracterizan por tener unas raíces muy profundas.



Las malvas tienen una gruesa raíz pivotante que dificulta su extracción a mano. Además si cuando intentamos arrancarla dejamos parte de su raíz en la tierra, esta brotará incluso con más fuerza.



Flor de malva.




No todas las malas hierbas son plantas silvestres, las acelgas (Beta vulgaris) puede darnos muchos problemas, si dejamos que sus semillas se esparzan libremente por el huerto y que generación tras generación irán perdiendo sus caracteres originales, convirtiéndose en plantas asilvestradas y de baja calidad como verdura.



De la familia de las quenopodiáceas, como la acelga, también es el cenizo, aunque este del género Chenopodium, y que se conoce en muchos lugares por el nombre de bledo.



La Stellaria media, conocida por los nombres de álsine, pamplina, hierba pajarera, hierba de las gallinas, etc… es una pequeña planta que crece cuando hay humedad en la tierra, prefiriendo tierra finamente labrada con motoazada, llegando a tapizar grandes superficie cuando las condiciones le son favorables.





El Solanum nigrum, emparentado cercanamente con la patata. Si dejamos que sus bayas maduren caerán al suelo cuando intentemos arrancarlas e infectarán el suelo con sus semillas.





La verdolaga (Portulaca oleracea), es una planta silvestre que en ocasiones se planta como verdura, pues sus hojas mucilaginosas se pueden comer en ensalada. Pero en cada una de sus flores se formará un cápsula que liberará cientos de semillas por nuestro huerto.






miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL MIRLO COMÚN

(Turdus merula)


El mirlo común, perteneciente  al orden de los paseriformes y a la familia de los turdidae es cada vez más fácil de ver en los parques de nuestras ciudades. Aunque el hábitat con el que más se le relaciona sean los sotos, ocupa cualquier espacio con vegetación arbustiva y espesa, se le puede encontrar en los bordes de bosques o en lindes y ribazos poblados de zarzas, con unas pocas le basta para establecerse y ubicar su nido entre la espesura.
En campo abierto se muestra muy desconfiado y huidizo, resultando difícil su observación, pues en el momento que detecta nuestra presencia huye con un vuelo bajo y emitiendo  un estridente sonido ocultándose en la espesura de los matorrales, generalmente zarzas, donde a veces deja que nos acerquemos a pocos metros de distancia de él, siempre y cuando no establezcamos contacto visual, pues si este se produce volverá a dar otro vuelo bajo y desaparecerá. Sin embargo, en los parques de las ciudades se muestra más confiado pudiéndose ver como busca comida entre el césped. Según mis observaciones puedo decir que siempre busca los rincones más apartados de los parques, teniendo preferencia por los lugares con más penumbra, donde se le ve posado sobre el suelo ignorando por completo a las personas. Allí permanecerá sin huir a no ser  que nos salgamos de los marcados caminos que bordean la vegetación e invadamos su terreno.
Su alimentación sobre todo en época de cría es a base de insectos, sintiendo predilección por las lombrices y caracoles. Se le acusa de causar daños en la agricultura, posiblemente porque se le confunde con el estornino debido a que ambos tienen el plumaje negro. Ante esta acusación hay que decir que aunque  complementa su dieta con frutos, sus hábitos solitarios o en pareja en época de cría no causan los graves daños que pueden ocasionar las grandes bandadas de estorninos que caen sobre los árboles cuando la fruta está a punto de ser cosechada.


El macho presenta un color negro brillante con pico y anillo ocular amarillos en época de cría.


La hembra y los jóvenes visten un plumaje negro grisáceo salpicado de manchas blancas



Los hábitos de cría en las ciudades los desconozco, ya que nunca me he topado con un nido de mirlo en ningún parque. Si que he podido observar varios nidos en pleno campo. El nido de la foto fue realizado en menos de una semana, detrás de la casa de pueblo en la que paso algunos fines de semana, en un lugar donde eran antiguos corrales y que ahora están destinados a zona de recreo. La hembra lo ubicó en una parra junto a un rosal trepador. Lo descubrí mientras la hembra compactaba el hueco interior del nido, en ese instante tanto ella y yo quedamos igualmente sorprendidos, nos quedamos mirándonos unos breves instante, yo totalmente inmóvil hasta que la hembra levantó el vuelo, seguidamente abandone el lugar y evite molestarla lo menos posible, tan solo por la noche encendía la luz de la ventana que estaba junto al nido, pero a pesar de tomarme todas estas molestias no pude evitar que el nido fuera abandonado.



Mejor suerte corrió este nido que fue ubicado en la bifurcación de las ramas de un almendro, situado en el ribazo de un campo de cereal. Tanto el nido anterior como este estaban fabricados de la misma manera, con ramitas, hierbas y en su interior hierbas aglutinadas con barro, formando una estructura muy sólida.




El hecho de  llevar la cámara siempre que es posible, cuando uno sale al campo tiene su recompensa, en esta ocasión pude captar la nidada del mirlo  cuando dos de sus pollos acababan de nacer.