Si nos
sentamos en una noche tranquila junto a una farola en primavera, verano o
principios de otoño, lejos de las
grandes ciudades, o sea en cualquiera de
nuestros pueblos que están rodeados de naturaleza. No tardaremos en ver como la
farola se llena de infinidad de insectos que se sienten atraídos por su luz,
revoloteando a su alrededor, entre ellos se encuentran las mariposas nocturnas,
lepidópteros que encuentran en la oscura
noche las condiciones medio ambientales y la protección que necesitan.
La gran mayoría de ellas son pequeñas mariposas, pero hay otras que llaman mi
atención por tener un tamaño impresionante pudiéndose incluso confundir en la
oscuridad de la noche con pequeños pájaros.
Aunque hay
varias especies de ellas, voy a dedicar este tema a cuatro de ellas, la esfinge de calavera, la
esfinge de la correhuela y el gran pavón nocturno que han causado en mí una
gran admiración desde que tengo uso de razón, sobre todo cuando salía de mi
casa en las frescas mañanas y las encontraba en la calle de tierra, pegadas a
las paredes de piedra. Cada vez que me topaba con un ser de estos, me
preguntaba: "¿de dónde salen tan extrañas mariposas?" Poco a poco, observándolas
y documentándome he obtenido las respuestas que tanto deseaba conocer cuando contaba
con muy pocos años de edad. Además he tenido la gran suerte de aumentar mi pequeña lista de grandes mariposas
nocturnas que habitan las inmediaciones de la casa en la que yo nací, pues en
el año 2007 encontré un ejemplar de isabelina.
La esfinge de calavera (Acherontia
atropos) pertenece a la familia esphingidae. Al parecer
su oruga puede alimentarse de varias plantas, siente cierta predilección por las
solanáceas, y tengo razones para pensar que las que yo he observado se han
alimentado principalmente de la planta de la patata.
La oruga
cuando llega el momento de convertirse en
crisálida, se introduce en la
tierra, donde cambia de estado, permaneciendo enterrada hasta que llega el
momento de convertirse en mariposa.
A lo largo
del año, o al menos en los lugares que yo la he observado, se producen dos
generaciones, pudiendo verse volar la primera
en Mayo y Junio, y la segunda generación a finales de verano o
principios de otoño, las fotos que muestro fueron tomadas a principios del mes
de Octubre.
La esfinge calavera, debe su nombre al dibujo en forma de calavera que
presenta en el tórax, sus colores son oscuros y poco llamativos.
Si bien su cuerpo esta totalmente cubierto de pelos, es en la parte
inferior donde se hace más notable.
Cuando se le molesta emite un ruido muy característico e intimidante
que recuerda al zumbido de las abejas. Luego agita fuertemente las alas hasta
que consigue levantar el vuelo costosamente, una vez en el aire, su vuelo es
potente.
La esfinge de la correhuela (Agrius
convolvuli) aunque en las guías de hace no
muchos años aparece como (Herse convolvuli), también pertenece
a la familia de las esphingidae, es muy parecida en cuanto a tamaño y forma a
la anteriormente descrita, su abdomen es muy voluminoso resultando un tanto
desproporcionado respecto a sus alas.
Su oruga se
alimenta de convolvuláceas siendo la más común la correhuela, también pasa su
fase de crisálida en la tierra.
Se dice que
la mariposa de esta especie se la puede ver volar durante finales de primavera,
verano y principios de otoño, la mayoría de la veces que yo la he visto ha sido
a finales de verano y principios de otoño, no obstante supongo que eso dependerá de la latitud en
que nos encontremos, curiosamente las fotos de ejemplar adulto fueron tomadas
el mismo día que tome las de la esfinge calavera, o sea en Octubre.
Mientras realizaba tareas de cavado en el huerto encontré esta
crisálida de mariposa, que posiblemente sea de la esfinge de la correhuela.
En la foto se aprecia el gran volumen de su cuerpo respecto a sus alas,
que son sumamente miméticas, pues si no
fuera por las franjas rosa de su abdomen resultaría muy difícil verla.
El gran pavón nocturno (Saturnia
pyri), de distinta familia a las anteriormente
descritas pues esta pertenece a la familia de las saturniidae.
Se trata de una gran mariposa, que aunque su
cuerpo no es tan voluminoso como el de las anteriores, su envergadura alar
alcanza fácilmente los 15 cm, convirtiéndola en la mariposa más grande de la
Península Ibérica. No sólo llama la atención su gran tamaño, sino que también causa
una gran impresión los ocelos dibujados en sus alas, que simulan los ojos de un
búho, y que al parecer le ofrece cierta protección ante el ataque de sus
predadores, sobre todo cuando esta posada con las alas plegadas y
repentinamente la abre y cierra, simulando un parpadeo.
Además de
los simulados ojos, cuenta con otra gran protección contra los predadores, y es
su gran tamaño. Moviéndose en la noche y las horas crepusculares, los
predadores más habituales suelen ser murciélagos, a los cuales, en la mayoría de
los caso casi les supera en tamaño, por lo tanto esta descartada como menú de
murciélago, y aunque hay aves nocturnas mayores que los murciélagos, como puede
ser el chotacabras, no son capaces de
atraparlas y tragarlas en pleno vuelo, así que sus predadores nocturnos
se reducen a pequeñas aves rapaces consumidoras de insectos.
Su oruga
por supuesto de gran tamaño, se alimenta de hojas de frutales, almendros y
chopos, entre otros, cuando llega el momento de convertirse en crisálida, forma
un capullo. Estado en el que permanece hasta que llega el momento de
convertirse en adulto.
El gran pavón nocturno se convierte en mariposa a finales de
primavera, aproximadamente a finales de Mayo y principios de Junio.
Por último mencionar a otra mariposa de la familia de
las saturniidae, la cual han descrito en algunas obras naturalistas como la más
bella de Europa, a mí también me lo parece, se trata de la isabelina (Graellsia
isabellae aunque ahora se le denomina con el nombre de Actias
isabellae) y que he tenido el placer de observar muy de cerca y
confirmar su extraordinaria belleza. Descubierta en 1849, se trata de un
lepidóptero escaso y poco común, que se le
ha distribuido durante mucho tiempo en algunas zonas del Pirineo, Montes
Universales, sierras de Gúdar, Javalambre, Guadarrama, Segura, y Cazorla.
En estos
momentos, por lo que me he documentado, parece ser más amplia su distribución
de la que años atrás se le daba a esta especie y en algunos mapas he visto que
en la provincia de Teruel, lugar donde he realizado mis observaciones, ya no está
restringida su área a los Montes Universales, sino que en estos mapas aparecen
pequeñas salpicaduras repartidas por algunas de las sierras del Sistema Ibérico
turolense llegando incluso a las sierras castellonenses limítrofes con Teruel.
La mañana
del 20 de mayo del 2007, en la Sierra de
Oriche (Sistema Ibérico Turolense) encontré el ejemplar que muestro en la
fotografía, a tres metros del portal de mi casa, concretamente en el municipio de Monforte
de Moyuela. En esos instantes me pareció un hecho sorprendente pero casual,
posiblemente esta mariposa había llegado allí accidentalmente, pero en mayo del
año 2010 se repitieron los hechos, apareciendo justo en el mismo lugar y
aproximadamente a la misma hora (primeras horas del día) otra Actias
isabellae, por lo tanto me gustaría aportar estos datos por si no se
tiene conocimiento de esta distribución.
Su oruga se
alimenta de las aciculas de algunos pinos y tan solo aparece, a lo largo del
año una generación.
Este ejemplar de Graellsia isabelae apareció dentro del
casco urbano de Monforte de Moyuela, aunque en los alrededores del lugar donde
la encontré hay unos pocos pinos (no más de diez) plantados como árboles
ornamentales, dudo que su oruga se hubiera alimentado en ellos y lo más
probable es que procediera del pinar más
cercano (a 2 ó 3 kilómetros) de pino laricio (Pinus nigra), pues es uno de los
pino por el cual sus orugas sienten predilección.
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