miércoles, 30 de octubre de 2013

FAUNA URBANA

En los últimos años la fisonomía de las ciudades ha cambiado considerablemente. Nuevos  parques se han construido, las viejas fábricas ubicadas en los barrios de las ciudades se trasladaron a polígonos industriales, en su lugar se han realizado nuevas urbanizaciones con amplias plazas y jardines. También se han construido grandes avenidas,  zonas peatonales,  grandes superficies de césped y  largas hileras de árboles en muchas de estas avenidas. Todo este nuevo paisaje ha venido a reforzar  a los viejos y asentados parques, donde mientras unas especies van en recesión otras se expanden, adaptándose a  este nuevo ecosistema. Especies sumamente ariscas se convierten en confiados habitantes urbanos, aprovechando la protección y los recursos que la ciudad les ofrece.
 Todo esto ha contribuido a que se creara un nuevo ecosistema, aunque alguien puede pensar que es un ecosistema artificial, creado por el hombre. Tengo que decir que no es más artificial que las huertas de las riberas de nuestros ríos, los grandes pantanos que el hombre ha creado y que han sido repoblados por infinidad de especies foráneas, o los viejos  paisajes de los cultivos de cereales que parecen formar parte de la propia naturaleza desde siempre y que al fin y al cabo fueron tierras robadas a ecosistemas naturales, principalmente a los encinares que en su día cubrieron gran parte de la Península Ibérica.
El hombre ha creado zonas de césped, ha plantado arbustos, algunos de ellos formando setos, ha traído una gran diversidad de árboles  de lugares muy lejanos, ha construido fuentes y estanques e incluso pequeños lagos artificiales.
También ha introducido algunas especies animales, pero la gran mayoría de la fauna de nuestras ciudades  ha llegado por sus propios medios.
A nuestras ciudades ha llegado todo tipo de fauna, sobre todo algunas aves,  otras  ya estaban aquí desde hace mucho tiempo, como también estaban algunos mamíferos o reptiles.
Si hacemos un recorrido por cualquiera de nuestras ciudades, en mi caso en la ciudad de Zaragoza,  podremos contemplar  a una gran variedad de fauna.
Entre los mamíferos que pueblan las ciudades, los más abundantes son los roedores, sobre todo ratas, que ocupan los solares abandonados y las zonas periféricas, y de vez en cuando  podemos ver algún ratón, también es frecuente que en estos  mismos solares  encontremos conejos además en abundancia, a juzgar por la gran cantidad de excrementos que se  amontonan en sus letrinas. Con tanto roedor no podía faltar un depredador  que frenará a tan prolíficos seres, la comadrejas, que aunque tan solo se la puede ver en contadas ocasiones suele estar presente en la periferia de las ciudades, otro carnívoro habitual son los gatos asilvestrados.

El parque José Antonio Labordeta  en Zaragoza, fue inaugurado en 1929. Se puede decir que las especies vegetales que lo pueblan están sobradamente consolidadas. Entre ellas cabe destacar las grandes superficies de pinos piñoneros, hileras de plátanos, magnolias, tilos, distintas cupresáceas, algunas de ellas formando setos, y una lista interminable de árboles tanto de la Penínsulas como otros llegados de cualquier lugar del mundo y que ocupan un lugar dentro del jardín botánico que está situado dentro del propio parque. Este entorno de unas 40 hectáreas, es el lugar ideal para que la fauna se instale.  


 
Los gatos bien podían ser un  importante eslabón en la cadena alimenticia, si no fueran alimentados desmesuradamente por los vecinos. En la imagen uno de los gatos se alimenta de un plato con pienso. Estos hábitos favorecen el aumento de la población de estos felinos, dejándolos en parte al margen del ecosistema urbano.


Es frecuente encontrase, distribuidos por parques y solares infinidad de bandejas con agua y grandes cantidades  de alimento para gatos que son incapaces de consumir, sirviendo en ocasiones de alimento para ratas.



Aunque los gatos estén sobre alimentados, no pueden resistir el instinto predador que tienen, y no desprecian la  oportunidad de cazar algún pájaro o roedor que se ponga a su alcance. En la imagen restos de palomas cazadas por gatos.


Pero aún habiendo una altísima población de gatos, las ratas siguen siendo muy comunes en solares abandonados y en las inmediaciones de cursos de agua.


Este mismo escenario suelen estar presentes los reptiles, tales como lagartijas, y salamanquesas que siente predilección por muros o paredes a ser posible de piedra, e incluso nos podemos topar con alguna culebra, que habitan la periferia de las ciudades y también los  solares de nuestras ciudades y que actúan  como predadores contra los roedores.


 Las lagartijas se pueden ver en cualquier parte de nuestra ciudad, a veces correteando por nuestras aceras.



Las salamanquesas son capaces de colonizar cualquier edificio de nuestras ciudades. En este caso una pequeña salamanquesa en  una terraza. Aunque se le puede ver por el día, en los calurosos días de verano son principalmente nocturnas.



Pero el tipo de fauna más conocida y que más llama la atención  a cualquier ciudadano son las aves, teniendo una gran muestras de ellas, siendo las más habituales la pertenecientes al orden de los paseriformes. 


Aunque en claro retroceso, el gorrión (Passer domesticus) ha sido desde siempre el pájaro popularmente mas conocido. Ligado siempre al  hombre tanto en las ciudades como en los pueblos.


Otro paseriforme que suele ser frecuente y que quizás este en una ligera expansión, es el gorrión molinero (Passer montanus). Se diferencia del anterior en que su píleo es marrón, tiene manchas negras a ambos lados de las mejillas y la mancha negra de la garganta no se extiende por todo el pecho. En esta especie tanto el macho como la hembra son parecidos.



Otro  pájaro que experimentó una gran expansión en los años 60 y 70 es el estornino negro (Sturnus unicolor), en estos momentos también en recesión. Durante la época de cría se alimenta de insectos, mientras que en otras épocas del año causa grandes daños a la agricultura alimentándose de cerezas, olivas, y diversos frutos maduros. El color amarillo del pico de este  ejemplar  nos indica que la foto está hecha en época de cría.


 El mirlo común (Turdus merula) y zorzal charlo (Turdus viscivorus) de la familia de los túrdidos  son dos de las especies que en los  últimos años más provecho le han sacado a  nuestros parques.




De las tres lavanderas que pueblan la Península Ibérica habitualmente la lavandera blanca (Montacilla alba) es la más común, he podido  constatar que en casi todas farolas de algunas de nuestras grandes avenidas habían construido su nido.


También el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) puede ser visitante de nuestros parques y jardines, sobre todo en invierno.



Entre los papamoscas, él mas habitual es el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) que aumenta el número de individuos a finales de verano y otoño debido a la dispersión de los jóvenes nacidos en el año y a la llegada de poblaciones mas norteñas. En la fotografía un macho con el plumaje que presentan en la época de celo.



Entre los fringílidos posiblemente el mas común sea el verdecillo (Serinus serinus). Muy prolífico saca adelante dos o incluso puede que tres nidadas a lo largo del año.


Los setos de cupresáceas son entre otros el lugar ideal para que el verdecillo ubique sus nidos.





Otro fringílido muy común y abundante en invierno es el pinzón vulgar (Fringilla coelebs).


Aun estando representadas en nuestros parques varias especies del genero Carduelis quizás la mas común  sea el verderón (Carduelis chloris).


Al igual que los pájaros, las columbiformes también tienen su espacio en las zonas urbanas. Representadas no solo por la paloma común, la paloma torcaz y la tórtola turca están presentes en muchas de nuestras ciudades.


A sido tan grande la expansión de la tórtola turca (Streptopelia decaocto), que es casi imposible dar un paseo por cualquier ciudad o pueblo, sin tener la oportunidad de ver alguna. 



 Las palomas torcaces (Columba palumbus) no solo aprovechan los estanques y lagos artificiales para beber, sino que les sirve, como a otras tantas aves, para bañarse y poner a punto su plumaje.


Entre los córvidos la mas abundante de las aves urbanas puede ser que sea la urraca, que años atrás se le persiguió en las zonas rurales, considerada como alimaña fue diezmada e incluso aniquilada en muchos pueblos de nuestra geografía.


La urraca o picaraza (Pica pica), ha encontrado un ecosistema a su medida, entre los árboles urbanos hace sus nidos y sobrevive sin ser perseguida. Cumpliendo una excelente misión reguladora de poblaciones de pajarillos, insectos y hasta en una ocasión vi como devoraba una pequeña rata.


En todas las ciudades que sean atravesadas por grandes ríos, o se encuentren cerca de embalses, sus orillas serán  ocupadas por aves acuáticas, pero tan solo la cigüeña dejará sus orillas para adentrarse en el propio casco urbano donde construirá sus nidos en iglesias y edificios altos.


En algunas ciudades se les ha facilitado lugares donde ubicar sus nidos. En este caso la chimenea de una vieja fábrica se ha conservado para tal fin, aprovechando su entorno para construir una plaza.


Por último agregar a esta lista, que todavía podría ser más larga, las especies que el hombre ha introducido.


La cotorra gris argentina (Myiopsitta monachus) procedente del hemisferio sur, concretamente de Sudamerica, le hubiera sido imposible colonizar nuestra Península, si no hubiera escapado de las jaulas en que el hombre las mantenía como mascotas.


 Las diferentes variedades de patos domésticos que se han asilvestrado, pueblan gran parte de nuestras riberas urbanas, algunos fácilmente confundibles con su pariente cercano el ánade real (Anas platyrhynchos) y que con el cual, en algunos casos comparte su hábitat.


También el pato criollo o de berbería (Cairina moschata) prolifera en los medios acuáticos de las ciudades, en el que cría con éxito.


Aunque en  muchos de nuestros parques se han introducido algunas especies de cisnes, la mas común es  el cisne vulgar (Cygnus olor). A pesar de ser una de las aves ornamentales que desde hace muchos años se introducen en los jardines por su belleza y elegancia, no conozco ningún caso en el que se haya reproducido en el entono que se le ha asignado.


Como podéis comprobar las ciudades no están tan muertas como parece, son los ojos de los ciudadanos los que no están habituados a observar la naturaleza que se entremezcla con el asfalto. Así que si sentís interés por lo que os rodea, solo tenéis que salir un domingo por la  mañana a cualquier parque de vuestra ciudad  y permanecer atentos a todo vuestro entorno para poder ver algunas de las especies que aquí os muestro y que os puedo asegurar que no están todas.

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