La entrada anterior estuvo dedicada a la paloma bravía, en esta
segunda parte hablaremos de la paloma
torcaz (Columba palumbus) y de la tórtola
turca (Streptopelia decaocto).
La paloma torcaz (Columba
palumbus)
La paloma torcaz es una paloma de gran
tamaño, la más grande de la Península Ibérica. A pesar de que tan solo hace una
década era un ave desconocida para la
gente de las grandes ciudades; arisca y difícil de observar para los
aficionados a la ornitología, se ha convertido en los últimos años en una de
las aves más comunes en nuestras ciudades. Ocupando parques, plazas, paseos... le
sirve cualquier espacio con unos pocos árboles para anidar, es frecuente
encontrarla en bandos mixtos de tórtolas y
con las palomas de nuestra ciudad.
Es fácil observar ejemplares como este en los parque de las ciudades, mientras buscan comida en las zonas de césped. |
Difícil
pensar años atrás para el ornitólogo aficionado que las salvajes torcaces se pasearan
mansamente por los jardines de las
grandes urbes, pero al parecer sus costumbres han cambiado. Recuerdo que
a finales de los 80 compré una guía de aves en la cual decía que las torcaces
centroeuropeas eran tan abundantes en los parques como aquí lo son las palomas
comunes, teniendo un comportamiento similar a ellas.
Aunque en la actualidad ocupan un sinfín de hábitat, algunas poblaciones sienten predilección por los pinares. |
Para mi
resultaban unas afirmaciones un tanto extrañas, ya que la existencia de estas
aves solo era confirmada gracias al rápido reflejo para dirigir mi vista hacia
el sonido de su fuerte aleteo, que surgía a larga distancia entre las copas de
los pinos, otras veces se veían dos o tres ejemplares campeando por algún
rastrojo, que levantaban el vuelo mucho antes de ser capaz de verlas con
nitidez.
En sus viajes migratorios los grandes bandos buscan alimento entre los campos de cultivo. |
Aunque la población de la Península es sedentaria, las poblaciones del centro y norte de Europa son migratorias, aumentando notoriamente la población en nuestros campos durante el periodo invernal. Hábito que se aprovecha para darles caza en las zonas en donde pasan los grandes bandos, llegadas a la Península, muchas de ellas se dirigían hacia las grandes superficies de encinares que ocupan nuestro territorio, aunque en la actualidad tengo la impresión que muchas de ellas se quedan en nuestras ciudades, a juzgar por el gran incremento de los bandos que ocupan las superficies de césped de nuestros parques.
Sus nidos
los construyen en los árboles, y aunque en la grandes ciudades es difícil observarlos, debido a la gran altura a la que
son construidos y a la frondosidad que los árboles presenta en la época de
nidificación, años atrás frecuentaba un pinar de pinos carrascos, donde
abundaban estas aves. Estos pinos proliferan en zonas áridas, siendo árboles de
poco porte y densidad, siendo frecuente que los nidos quedaran al descubierto,
pudiendo observar su construcción. Estos constaban tan solo de unas pocas ramas
tan escasas que en ocasiones dejaba ver los dos huevos de que consta la puesta
desde abajo.
las palomas torcaces, como muchas aves tragan pequeñas piedrecillas para ayudar a triturar , en la mollejas, los granos que injiere. |
La torcaz como la gran mayoría de las columbiformes tiene un potente vuelo. |
Como
curiosidad, decir que en una ocasión pude ver una paloma torcaz, integrada en un gran bando, mutada en
marrón que conservaba a la perfección
las franjas blancas a ambos lados del cuello.
La tórtola turca (Streptopelia
decaocto).
La última
columbiforme a tratar va a ser la Tórtola
turca, mucho más pequeñas que sus parientes cercanos, las palomas, ha
llegado a nuestras tierras muy recientemente. Al parecer era originaria del
sur-este de Europa, como su nombre indica habitaba Turquía y la zona limítrofe
con Asia. En los años 80 ya ocupaba Centro-Europa y llegaba hasta Francia,
e incluso había quien afirmaba que ya
ocupaba el noroeste de la Península, pero
sin duda alguna, su expansión ha sido más notable durante los últimos 10 o 15 años. Posiblemente
gran parte de la población llegó por sus propios medios, pero conozco un caso
en el que las tórtolas se escaparon de las jaulas de un criador, pues estas
aves llegaron a España como aves ornamentales mucho antes que sus congéneres
salvajes. Las aves que escaparon de sus jaulas se establecieron en las inmediaciones
dando una población estable que supongo
que con el tiempo se cruzarían con ejemplares llegados de otros lugares.
Anteriormente
he dicho que las tórtolas turcas son aves ornamentales, hasta tal punto que
existen varias mutaciones entre los individuos domésticos una de ellas y muy
conocida para todo el mundo son la palomas blancas que usan los magos en sus
trucos y que resulta no ser una paloma, sino una tórtola albina.
Las tórtolas en las zonas rurales se muestran mucho mas desconfiadas, ocultándose en grandes árboles, en este caso en un álamo. |
De hábitos
muy distintos a la tórtola común, ha
ocupado nuestras ciudades y pueblos, viviendo y criando cerca del hombre,
aunque también tengo constancia de un pequeño grupo de dos o a lo sumo tres
parejas que habitaban un paraje, cerca de un pinar y almendros abandonados
pegados a un cortado y al menos a 4 o 5 kilómetros de la población más cercana.
Generalmente siempre van en parejas o
grupos de unos pocos individuos.
Las tórtolas, como es bien sabido, acostumbran a ir en pareja |
En la
ciudad se muestra sumamente confiada, dejándose ver junto a palomas comunes y
torcaces buscando comida en el césped. Mientras que en la zonas rurales se muestra
mucho más desconfiada y aunque busca la protección del hombre se mantiene a
cierta distancia, posiblemente porque en estas zonas se les de caza e incluso
con escopetas de aire comprimido. No obstante por ello no deja de ocupar las
arboledas que se sitúan en el centro o en la periferia de nuestros pueblos.
Entre las desordenadas ramas que constituye el nido, realiza la puesta la tórtola turca. |
En estas zonas tiene cierta predilección por acacias, pinos, chopos y álamos (arboles de gran porte) para hacer sus nidos, mientras que en la ciudad ocupa cualquier árbol disponible e incluso he visto un nido en la repisa de la ventana en una nave industrial donde una pareja crió al menos una nidada a pleno sol sin ningún tipo de sombra. Su nido al igual que el resto de columbiformes tan sólo lo constituyen unas pocas ramas entrecruzadas.
La diferencia en tamaño entre la tórtola y la torcaz, también se manifiesta en el tamaño de sus puestas. Izquierda tórtola, derecha torcaz. |
En los parques se les puede ver junto con las palomas comunes. |
En esta imagen se ve el típico collar negro que presentan. |