viernes, 29 de noviembre de 2013

PLANTAS ADVENTICIAS

Difícil decisión la de poner título al tema a tratar, se podía haber titulado, malas hierbas o plantas invasoras.
Lo de malas hierbas porque durante muchos años se les ha considerado a  muchas plantas, “malas”, no siendo todas ellas tan malas, de hecho a casi todas ellas se le ha dado algún uso e incluso suelen estar presentes en las herboristerías, para mitigar alguna dolencia.
Otro término que considero mal usado es el de “hierbas” puesto que no todas las plantas que invaden nuestros cultivos son hierbas, en ocasiones son árboles o arbustos.
Para mí, en realidad todas son plantas invasoras, aunque este término, tampoco es correcto, ya que plantas invasoras se les considera a las plantas llegadas desde otras partes del planeta, generalmente como ornamentales y que adaptándose a nuestro territorio se han reproducido desmesuradamente.
No obstante las llamemos como las llamemos, existen una infinidad de plantas que conviven con nuestros cultivos compitiendo con ellos en agua, nutrientes y luz, sin olvidar que cuando estas plantas se desarrollan fuera de los  cultivos son muy beneficiosas. Así pues, si dejamos una parcela sin cultivar durante algún tiempo y esta se cubre de hierbas conseguiremos que esta cubierta proteja a la tierra de la erosión. Algunas de estas plantas fijarán el nitrógeno, otras con sus largas raíces extraerán los nutrientes de   profundas capas, a las cuales no llegan las raíces de las hortalizas que cultivamos y  que luego al descomponerse y mineralizarse enriquecen las capas superficiales.


Los árboles

 Si alrededor o en los lindes de nuestro huerto tenemos árboles tales como álamos, chopos, olmos o los invasores ailantos, corremos el riesgo de que sus raíces invadan el  subsuelo de nuestro huerto. Ante tal amenaza el remedio más eficaz es que si tenemos la oportunidad de que algún vecino o amigo que tenga un tractor labre el huerto con una labor profunda cada dos o tres años para mantenerlos a raya, de lo contrario, si lo hacemos con una moto azada o con herramienta manual, estaremos condenados a darles labores con mayor  frecuencia.



Este huerto  hace que se abandono poco más de un año, y tras una primavera lluviosa ha sido inmediatamente invadido por los ailantos, al fondo las zarzas van ganando terreno.




Los olmos invaden también las zonas de cultivos.





Tras la enfermedad que los olmos han sufrido durante los últimos  años, la grafiosis, los grandes ejemplares han muerto, resurgiendo de sus raíces infinidad de pequeños olmos que formas impenetrables superficies en un amplio perímetro del viejo tronco, invadiendo los cultivos próximos.



También los árboles frutales pueden convertirse en auténticas plagas, como ocurre con los ciruelos y almendros que  son capaces de extender raíces superficiales de las cuales resurgen nuevos ejemplares, sobre todo cuando estos árboles son cortados y no se extraen sus raíces y que  pueden extenderse por amplias zonas.



Como vemos  estos pequeños almendros surgen de las raíces del árbol que se ve al fondo de la imagen.


Las raíces de los ciruelos son capaces hasta de traspasar los viejos  muros  de piedra de los huertos vecinos para convertirse en inquilinos de nuestro huerto.


Los arbustos
Existen una grupo de planta que también colonizan nuestro espacio y que tienen un porte superior al de las hierbas, son los arbustos muchos de ellos sumamente invasivos, como pueden ser  las zarzas o hiedras.



Las zarzas (Rubus) puede ser que sean los arbustos más invasivos, ocupan lindes, márgenes de acequias y paredes que dividen los huertos. Son muy difíciles de erradicar totalmente sin herbicidas y van ganando terreno poco a poco si no se les mantiene a raya.



El rosal silvestre o escaramujo, como las zarzas también pertenece a la familia de las rosaceae, aunque es menos invasiva.




Los muros de piedra de los huertos pueden ser invadidos por la hiedra (Hedera helix), que en ocasiones puede formar setos ayudándonos a cerrar nuestro huerto, pero no tardará en crecer desmesuradamente, ocupando demasiado espacio e impidiéndonos el tránsito. Sus tallos leñosos llegan a tener grandes dimensiones, siendo necesario el uso de motosierras para erradicarlas.



Otra planta con porte de arbusto es la clemátide, capaz de trepar por los árboles e invadirá paredes,  aunque menos agresiva que las anteriores, puede darnos problemas, allá donde crezca, si descuidamos el huerto durante algún tiempo.



Las hierbas
Son  plantas de bajo porte y que sería imposible enumerarlas todas, puesto que cualquier planta que crezca donde no debe se puede considerar perjudicial. Por lo tanto describiré las más comunes en mi entorno y las que mejor conozco.




 
De la familia de las ambrosianáceas el Xanthium spinosum, que se le da los distintos nombre, según las distintas regiones  de abreojo, cardo de tres puntas,  etc… es uno de los cardos más comunes en los cultivos, aunque no es excesivamente perjudicial (siempre que no lo dejemos que se expanda excesivamente). Sus semillas, con garfios, se adhieren al la ropa, al  pelo de animales y lana de ovejas, esparciéndolo posteriormente  por la tierra y sobre todo por el estiércol con el que fertilizamos el huerto.



Las correhuelas son difíciles de erradicar, pues si no se dan labores profundas al suelo, no se acaba con sus raíces, y entre el manto de tierra laboreada crecerán sus tallos subterráneos, que suelen resurgir si las condiciones climatológicas son propicias al poco tiempo de haber labrado el huerto.





Las correhuelas de la familia de las convolvuláceas son fáciles de identificar por su flor en forma de campanilla.



Las lechugas bordes, de la familia de las compuestas y de género Lactuca, suelen estar presentes en todos huertos.



También las cerrajas o cerrajones son compuesta, del género Sonchus, muy comunes.



La mielga (Medicago sativa) es una leguminosa muy cercana a la cultivada alfalfa, y se caracterizan por tener unas raíces muy profundas.



Las malvas tienen una gruesa raíz pivotante que dificulta su extracción a mano. Además si cuando intentamos arrancarla dejamos parte de su raíz en la tierra, esta brotará incluso con más fuerza.



Flor de malva.




No todas las malas hierbas son plantas silvestres, las acelgas (Beta vulgaris) puede darnos muchos problemas, si dejamos que sus semillas se esparzan libremente por el huerto y que generación tras generación irán perdiendo sus caracteres originales, convirtiéndose en plantas asilvestradas y de baja calidad como verdura.



De la familia de las quenopodiáceas, como la acelga, también es el cenizo, aunque este del género Chenopodium, y que se conoce en muchos lugares por el nombre de bledo.



La Stellaria media, conocida por los nombres de álsine, pamplina, hierba pajarera, hierba de las gallinas, etc… es una pequeña planta que crece cuando hay humedad en la tierra, prefiriendo tierra finamente labrada con motoazada, llegando a tapizar grandes superficie cuando las condiciones le son favorables.





El Solanum nigrum, emparentado cercanamente con la patata. Si dejamos que sus bayas maduren caerán al suelo cuando intentemos arrancarlas e infectarán el suelo con sus semillas.





La verdolaga (Portulaca oleracea), es una planta silvestre que en ocasiones se planta como verdura, pues sus hojas mucilaginosas se pueden comer en ensalada. Pero en cada una de sus flores se formará un cápsula que liberará cientos de semillas por nuestro huerto.






2 comentarios:

  1. Una pregunta. No pasa nada si nos comemos las semillas de la verdolaga?

    ResponderEliminar
  2. la verdolaga se suele utilizar en ensaladas, además se el atribuyen propiedades medicinales. En cuanto a sus semillas, desconozco si tienen alguna propiedad, la verdad es que son tan diminutas que aunque las comamos, creo que no nos afectaran, ni para bien, ni para mal.

    ResponderEliminar