lunes, 16 de septiembre de 2013

PALOMAS Y TÓRTOLAS (primera parte)

Aunque en la Península Ibérica habitan tres clases de palomas y dos de tórtolas, me voy  a centrar en la paloma bravía (Columba livia), la torcaz (Columba palumbus) y la tórtola turca (Streptopelia decaocto).


LA PALOMA BRAVÍA (Columba libia)

La paloma bravía es la más común de todas las palomas y posiblemente de casi todas las aves que habitan la Península Ibérica. De ella descienden todas las razas de palomas domésticas y sin duda alguna las palomas de nuestras ciudades, de hecho, se puede decir que todas ellas son una misma especie. Aunque son muchas las diferencias morfológicas entre ellas, si las comparamos con  las buchonas, arcángel, capuchinas, colipavas, mensajeras, romanas y así podríamos mencionar una larga e interminable lista, también es muy  distinto su comportamiento y hábitos. Mientras que las palomas domésticas son sumamente dóciles, las bravías son todo lo contrario, siendo muy difícil acercarse a ellas a menos de 200 o 300 metros.


Estos cortados  son el hábitat original de la paloma
bravía, en sus grietas,agujeros y repisas hace sus nidos.
Aunque su entorno natural puede ser que sean los cortados, acantilados y roquedos, han colonizado todo tipo de hábitat, teniendo predilección por las llanuras cerealistas donde el hombre le ha construido palomares para explotar sus  recursos. Se congregan en grandes bandos de cientos de individuos, causando grandes daños en los cultivos de cereal, también sienten gran atracción por los girasoles, de los cuales extraen sus pipas directamente de la flor cuando están maduras.


Sus lugares de cría son los propios roquedos en los que habitan, torres de iglesias, palomares diseminados por los campos de cultivo, huecos en paredes altas de piedra y en edificios rurales abandonados. El nido lo hacen con unas pocas ramitas, y en ocasiones, directamente en el suelo, como sucede en los nidos de yeso que se les construye en los  palomares. La puesta es siempre de dos huevos, que incuban durante dieciocho días, los pichones son alimentados durante los primeros días de su vida  con una especie de leche que ambos padres fabrican en el buche y que a medida de que el pichón va creciendo van sustituyéndolo por granos más o menos reblandecidos conforme avanza su edad.

Tras la siega los bandos de palomas bravías recorren
 los rastrojos en busca de semillas y  granos de cereal
que han caído al suelo
Sobre la alimentación, decir que aunque anteriormente he comentado que causan grandes destrozos en los campos de cultivo, no siempre disponen de granos cultivados para su alimentación. A veces se alimentan del grano que se le suministra al ganado doméstico, pero en la gran mayoría de las ocasiones consumen semillas de malas hierbas y en cantidades muy importantes por lo cual se puede decir que hay periodos que causan un efecto beneficioso al eliminar tal cantidad de semillas de malas hierbas. He tenido la suerte de examinar varios buches y mollejas de palomas fuera de la época de cosechas, encontrando gran cantidad de semillas (no he podido pesar la cantidad de semillas que contiene el buche de  un pichón que ya ha saltado del nido, pero casi me atrevería a decir que supera la cuarta parte de su peso). Las más frecuente neguillas, alverjas y otras leguminosas, siendo muy  común que todo el buche este constituido por una sola clase de semilla. En otra ocasión pude observar un buche, en una zona rodeada de cultivos de trigo,  el  cual solo contenía maíz (cultivo que no se daba en muchos kilómetros a la redonda) lo que demuestra que se alimentaba con los granos encontrados en explotaciones  ganaderas próximas.  


Palomar sobre un monte que domina los cultivos  cerealista.
 Si bien la paloma doméstica ha tenido una gran influencia  para el hombre, posiblemente la paloma bravía le haya superado, pues ha tenido una gran importancia económica, ya que de aquellos viejos palomares situados en medio de los campos de  cereal se obtenían pichones, palomas y la preciada palomina, mientras que el gasto de manutención era gratis ya que la palomas vagaban libremente por el campo, tan solo se les aportaba sal y en ocasiones agua, que se dejaba al alcance de ellas en el palomar.


En los edificios dedicados a palomares se habilitaban entradas para que las palomas accedieran a su interior.


Este es el interior de un palomar, hecho con madera y con el
fondo de yeso. en ocasiones la densidad de palomas era tal
que se veían obligadas a hacer sus nidos en el suelo.
En este antiguo nido hecho de yeso todavía se pueden ver
restos de las ramitas que lo componían.

Los pichones, eran muy estimados años atrás su carne es tierna y muy sabrosa. Con ellos se elaboraban platos exquisitos, se cocinaban en escabeche y se hacía un caldo que  era muy apreciado como reconstituyente para personas convalecientes.
Cuando la densidad del palomar era muy  alta, se esperaban a que anocheciera y entonces   se cerraban las salidas del palomar y se atrapaba el número de palomas deseado. La carne de estas palomas era dura y correosa con lo cual eran poco apreciadas como alimento, pero si que eran muy estimadas para los clubes de tiro deportivo, y  que utilizaban como blanco, pagando por ellas importantes cantidades de dinero.   
Por último la palomina (excremento de la paloma), muy buscado hasta que los abonos minerales invadieran el mercado, muy  rico en nitrógeno, se debía dosificar correctamente, pues su exceso podía causar daños al cultivo. 


El color original de la paloma bravía es gris azulado con reflejos metálicos en cuello y pecho, y con unas franjas negras en las alas. En la actualidad los sucesivos cruces con palomas domésticas han originado individuos de distintos colores, e incluso muchos de los individuos que todavía conservan el color original, han perdido el brillo metálico intenso que lucían sus antepasados. Siendo muy habitual ver grandes bandos en los que se  distinguen ejemplares blancos, casi blancos y marrones. 





Ejemplar con el color original de la paloma bravía.
Color original de la paloma bravía.



Ejemplar de color negro.
Individuo con melaninas negras distribuidas de
forma poco habitual.


Ejemplar marrón.











Hay que tener en cuenta que las palomas han sido, junto con perros, canarios y gallinas, una de las especies domésticas que más modificaciones genéticas ha sufrido (selección artificial), debido a mutaciones y sucesivos cruces, dando como resultado individuos de todas formas, colores  e incluso tamaños. Quiero explicar de una forma sencilla y clara algunas de las mutaciones en el color de las palomas sin ser excesivamente técnico, el color de la paloma tiene un fondo blanco y  sobre este fondo se depositan pigmentos de colores negros y rojizos, llamados eumelaninas y feomelaninas. La superposición de dichos pigmentos dan como resultado el efecto óptico que hace que  nosotros veamos las palomas tal y como las vemos, si surge una mutación y desaparece una de las melaninas, por ejemplo la negra, dará como resultado un individuo de color marrón, si fuera la rojiza, daría como resultado un individuo oscuro casi negro; si desaparecieran las dos melaninas, negra y rojiza darían un individuo blanco. Existen también ejemplares cuya distribución de melaninas se localiza en puntos concretos y entonces el ejemplar podía ser blanco con manchas bien marrones, negras, grises en ocasiones simétricas y otras repartidas al azar.











Paloma bravía en su hábitat, aunque se trata de un ejemplar totalmente
salvaje, muestra plumas blancas en las rémiges primarias,


Este otro ejemplar, casi totalmente blanco, formaba parte de un bando de
palomas, que habitaba unos cortados de roca, muy alejados del cualquier  población.







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